Empecinado en lograr el cuento perfecto, Ángel Olgoso se acercó mucho a ello en "Astrolabio", un clásico del microrrelato donde insiste en una narrativa fantástica, de cuyos maestros, temas y estilos demuestra ser un profundo conocedor. Los cuarenta y tres relatos de que consta este volumen, ilustrado por María Tena, resumen su dominio del género. Construidos con precisión de miniaturista, como taraceas de materiales preciosos, sumergen al lector en universos poblados de metamorfosis, desdoblamientos, mutaciones, especulaciones metafísicas, juegos teológicos, pesadillas, búsquedas místicas, apariciones de seres monstruosos, intrigas detectivescas, fantasías sádicas, distorsiones del tiempo y el espacio, objetos imposibles, terrores cósmicos, ensoñaciones líricas. De Buzzati a Schowb, de Borges a Arreola, de los hermanos Grimm a la ciencia ficción, los cuentos de "Astrolabio" rezuman alusiones y homenajes sin dejar de ser nunca de una asombrosa originalidad.