Hombres describe veinticuatro horas en la vida de dos excombatientes de la guerra de Argelia que viven en un pueblo de Francia. Uno, Rabut, sobrelleva una existencia en apariencia normal. El otro, Bernard, es un borracho despreciado por todos sus parientes. Un episodio banal y cotidiano abrirá las puertas del recuerdo, celosamente guardado hasta entonces, y permitirá la entrada de un pasado infame y vergonzoso que ellos y muchos franceses preferirían olvidar. Hombres es la historia del silencio de unos veteranos ya sesentones que hicieron el servicio militar obligatorio en 1960 en un país extranjero, en una colonia que trataba de mantener el prestigio de la metrópoli a toda costa, sin saber por qué estaban allí y sobre todo sin saber para qué. Ellos fueron testigos de la crueldad del enfrentamiento, de la inhumana humanidad de uno y otro bando, del derramamiento de sangre inútil, y hoy prefieren guardar silencio, ahogarse en su propia tragedia porque el horror en última instancia es incomunicable.
Organizada como un cruce de voces subjetivas y centrada en las vivencias actuales y en los recuerdos de Rabut, Bernard, Février y otros (aunque el monólogo interior de Rabut engloba el de los demás personajes), Hombres, al igual que otras novelas del autor, conjuga el discurso de carácter intimista con el soliloquio nervioso, elíptico y fragmentario para reflejar mejor el desorden interior de unos individuos torturados por las circunstancias personales e históricas en que están inmersos.