Primer título de la serie Los libros del Puerto Escondido, ambientada en Cantabria, que ha consagrado a María Oruña como una de las voces más destacadas de la novela negra española.
Oliver, un joven londinense con una peculiar situación familiar y una triste pérdida a sus espaldas, hereda una casona colonial, Villa Marina, a pie de playa en el pueblecito de Suances, en Cantabria. Durante las obras de remodelación se descubre, en el sótano, el cadáver emparedado de un bebé, al que acompaña un objeto que resulta completamente anacrónico. Tras este hallazgo comienzan a sucederse, de forma vertiginosa, diversos asesinatos en distintas ciudades de la región, unidos a los insólitos resultados forenses de las víctimas, ponen en jaque a la Sección de Investigación de la Guardia Civil y al propio Oliver, que iniciará un denso viaje personal y una carrera contrarreloj para descubrir al asesino.