Este artículo es una de las radiografías más agudas e irreverentes de la cultura americana de fin de siglo, en la que se entremezclan la familiaridad, el asombro y una mordacidad descabellada.
David Foster Wallace elabora en Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer una postal gigantesca basada en su experiencia en un crucero de lujo por el Caribe. Lo que a primera vista parece ser un simple viaje «para relajarse», en manos de un humor delirante y un cinismo corrosivo acabará convirtiéndose en el horror más absoluto.
En la presente edición, a la crónica central le acompañan otros seis artículos de David Foster Wallace: «Deporte derivado en el corredor de los tornados», «E unibus pluram: televisión y narrativa americana», «Dejar de estar bastante alejado de todo», «Noticias bastante exageradas», «David Lynch conserva la cabeza» y «El talento profesional del tenista Michael Joyce como paradigma de ciertas ideas sobre el libre albedrío, la libertad, las limitaciones, el gozo, el esperpento y la realización humana».
La crítica ha dicho...
«La obra de no ficción más brillante y divertida que se ha escrito en los últimos años.»
John Glassie, Time Out New York
«Animado por una prosa maravillosamente exuberante [...] este volumen confirma al señor Wallace como uno de los talentos más destacados de su generación.»
The New York Times
«Wallace escribe con una intensidad que transforma un reportaje errático en una forma sui generis de filosofía.»
Kirkus Reviews
«Su instinto para reproducir lo coloquial avergonzaría a maestros como Pynchon y DeLillo, y la sobriedad humana que confiere a sus temas, de ficción o de no ficción, deberían ser un modelo para cualquiera que escriba crítica cultural, tanto en la forma de relatos como en ensayos como estos.»
Publishers Weekly