I PREMIO LUMEN DE NOVELA
«Con gran tensión narrativa y un estilo acerado, Leticia Martin ha escrito una novela polémica sobre los límites del deseo y las relaciones de poder».
Del acta del Jurado
Guinea ve truncada su carrera como profesora en una universidad de Estados Unidos tras salir a la luz su relación con un alumno mucho más joven que ella. Huyendo del escándalo y en busca de una nueva vida llega al aeropuerto de Buenos Aires, donde descubre que se ha producido un apagón general. Con el teléfono sin red, es incapaz de localizar su destino. Un hombre inquietantemente amable la conduce por la ciudad y le propone alojarse con él y con su hijo adolescente, Vladimir, mientras continúe la situación. Sin combustible ni alimentos, la calle se vuelve un escenario peligroso: todos contra todos. Sin embargo, la mayor violencia late invisible dentro de la casa donde los tres conviven junto a dos perros. Guinea y Vladimir sienten pronto una complicidad que los enfrenta al padre. Otra vez un deseo turbio que ordena y produce el caos, un deseo más fuerte que la sangre y el amor.
Vladimir es una novela profundamente perturbadora, un thriller emocional y erótico en el contexto de un mundo que se apaga.
El Jurado ha dicho:
«Una novela dura y peligrosa pero también llena de ternura. […] Su retrato de los instintos básicos me parece fascinante».
Luna Miguel
«Provocadora. […] Creo que va a generar mucho debate. […] El lenguaje que ha elegido Leticia Martin es preciso y contenido».
Ángeles González-Sinde
«Tensa, simbólica por momentos, cuestionadora y ágil, Vladimir es, entre muchas otras cosas, una relectura de Lolita al revés».
Clara Obligado
«Una novela muy valiente, porque nos habla de algo que tiene que ver con el aprovechamiento del otro, con las relaciones de poder y, en este caso, con lo que sucede cuando es una mujer quien las ejerce».
Lola Larumbe
«Vladimir me ha impactado por la tensión y el erotismo. Es muy difícil narrar el deseo y el sexo, y Leticia lo ha hecho de un modo increíblemente eficaz. […] Me recordado algunas de las grandes novelas breves que se han escrito en español en el último tiempo: Cometierra de Dolores Reyes, Limpia de Alia Trabucco Zerán o Un amor de Sara Mesa[…]. También es imposible no pensar en La autopista del sur de Cortázar, en las novelas de Silvina Ocampo o en las películas de Lucrecia Martel. Se me ha quedado grabada en la mente y el cuerpo».
María Fasce
La crítica ha dicho:
«Un texto que recuerda el diario de viaje, la crónica etnográfica, la novela familiardel neurótico y la colección de poemas o haikus, en una suerte de experimento digital».
Pablo E. Chacón, Télam (sobre Topadoras oxidadas)
«Topadoras oxidadas es, antes que nada, una muestra del rango que abarca la escritura de Leticia Martin, un ejemplo de cómo se puede ir de la poesía a la prosa más seca sin temer; de cómo se puede saltar del cuento clásico a la ciencia ficción, o al ensayo, sin demasiada historia».
Valeria Iglesias, revista Outsider
«Leticia no tiene vergüenza y habla del deseo con la belleza, precisión y descripción como en general solo un hombre suele hacerlo. Pero también habla como una mujer que no teme expresarse, habla de cómo ese deseo la hace vivir y de cómo le duele su capacidad de desear».
Luciana Ravazzani