En 1588, en vísperas de la turbulenta llegada al trono francés de Enrique IV de Navarra, cuando sigue fresca en la memoria la noche de San Bartolomé y las guerras entre católicos y protestantes tiñen de sangre Europa, Michel de Montaigne, que es ya un filósofo respetado, conoce en París a una joven admiradora de su obra, Marie de Gournay. Y Montaigne, que tiene por entonces cincuenta y cinco años y está «bien casado», inicia una misteriosa relación con la exaltada Marie, a la que convierte en «hija de adopción». Para reconstruir esa pasión crepuscular, Jorge Edwards rastrea al Montaigne público y privado, explora su relación con las mujeres, su preparación para la muerte, va dibujando al hombre político, diplomático, al pensador sensato y antidogmático, y al sabio pero también travieso autor de los Ensayos. Y mientras aplica la lección vital de Montaigne a su propia realidad, la de la infancia y la actual, Edwards ilumina los aspectos más relevantes, curiosos, a menudo sensuales y, sobre todo, modernos del –ahora ya plenamente– novelesco personaje.