En 1925, un joven Josep Pla fue enviado como corresponsal a Rusia para escribir una serie de artículos para el periódico La Publicitat. A sus 28 años, Pla sabía de Rusia más o menos lo que todo el mundo en aquellos días: prácticamente nada. De la Revolución y de los años posteriores, solo conocía lo que
los periódicos habían contado. El primer líder soviético, Lenin, hacía tan solo un año que había muerto, y Stalin se había hecho con el poder. A Josep Pla lo acogió durante su estancia el político y traductor Andreu Nin. Un documento excepcional que nos muestra la Rusia comunista del año 1925 de la mano de uno de los cronistas más importantes que ha tenido nuestro país. Y con traducción de Marta Rebón, una de las eslavistas más destacadas en estos momentos.