Bruno Ucelay tiene diecisiete años y el mejor verano de su vida por delante, hasta que sus padres deciden cambiarle los planes y mandarlo a un pueblucho de Irlanda a aprender inglés. Solo, triste y con una imaginación excesivamente activa, Bruno se ve inmerso en un viaje que empieza como un castigo pero que acaba cambiándolo para siempre. Amor, amistad y emociones a flor de piel se dan cita en este retrato tremendamente honesto de las inseguridades adolescentes y las dificultades de navegar esos momentos puente entre la niñez y la vida adulta.
En su debut literario, el actor y director Àlex Maruny nos lleva con una máquina del tiempo al verano del año 2000, donde los móviles no sacaban fotos, Harry Potter no era más que un libro para frikis y los rumores solo se propagaban de boca en boca.