«No permitas que nadie apague tu luz», le dice una maestra a Elena, una niña de pueblo curiosa e imaginativa que tiene un don especial: escribe de maravilla. Pero en aquella época a las mujeres se les prohíbe brillar.
Elena crece y estudia en el Madrid de los años sesenta bajo el férreo control de la tía Victoria, una mujer dura que esconde un misterio. Allí conoce a Mateo, un amor prohibido por los prejuicios. Para cumplir su sueño de convertirse en novelista, Elena debe afrontar renuncias dolorosas echando mano de su mayor fortaleza, la bondad.
Esta es una novela inspiradora cargada de ternura en la que se resaltan los amores de juventud, la amistad y la lucha de las mujeres del siglo xx por reavivar sus anhelos más profundos. Se lo dice a todos los adolescentes por igual y también a las madres y a los padres que viven con temor a romper sus ataduras: nunca es tarde para liberarte y conseguir lo que deseas.
Esta chica aprendió que nunca es tarde para querernos y perseguir nuestros sueños.