A pesar de la deserotización producida por la hegemonía política e informativa, a pesar de los ríos de tinta vertidos sobre la sexualidad, poco se puede decir que esté a la altura de los placeres de la carne, de sus mil delicias compartidas. Deshacer las camas, apartar de una patada los muebles, quitarse la ropa en desorden. Perder la compostura, amarse, desbaratar en secreto la falsa civilización del día. Hay una inteligencia subversiva en el sexo, una verdad vinculada a un feliz subdesarrollo de los afectos. Inseparable de la pasión, de un deseo por fin liberado, es posible que el sexo sea una experiencia que arma al blando de corazón y desorienta al poderoso e insensible. Tal como es de estresante esta sociedad para las almas sencillas, no descartemos que en la sexualidad, en sus múltiples variantes todavía libres de normativa y liturgia, hayan encontrado refugio los seres más cándidos de la actual condición humana.
Ignacio Castro Rey es filósofo, crítico de cine y arte, gestor cultural y profesor. Además de ser autor de múltiples artículos y conferencias y profesor invitado en distintas universidades, Castro Rey ha publicado diversos libros, el último de ellos se llama Lluvia Oblicua (Ed. Pre-Textos 2020), precedido de Mil días en la montaña (Ed. FronteraD, 2019) y Ética y desorden (Pre-Textos, 2017). Anteriormente ha publicado también Votos de riqueza (Madrid, 2007), La depresión informativa del sujeto (Buenos Aires, 2011) y Crítica de la razón sexual (Serbal, 2002), entre otros, Votos de riqueza (Madrid, 2007), La depresión informativa del sujeto (Buenos Aires, 2011) y Crítica de la razón sexual (Serbal, 2002). Desde su labor como gestor cultural ha editado los volúmenes colectivos: Junto a Jünger, Informe sobre el estado del lugar y Otro marco para la creación. Ignacio Castro desarrolla su labor filosófica en dos vertientes. De un lado, en el borde de lo que podríamos considerar nuestra tolerancia ilustrada, la afirmación de la inmediata vida mortal, una naturaleza humana sin posible traducción histórica. Del otro, una crítica de la violencia simbólica de la cultura occidental, de esas nuevas modalidadesde la caza del hombre donde la derecha y la izquierda convergen. En esta línea de pensamiento ha reivindicado la intensidad de muy distintos creadores y pensadores contemporáneos: de Lispector a Sokurov, de Simone Weil a Agamben, de Pasolini y Lacan a Tiqqun.