No hay democracia sin política social. Los países avanzados sólo pueden considerarse como tales si sus gobernantes se esfuerzan por reducir desigualdades e injusticias, al tiempo que fomentan la participación de los ciudadanos en la cosa pública y el interés común. El ámbito público nos atañe a todos: gobiernos y ciudadanos. Nuestras prósperas economías nos permiten, y obligan, a la puesta en vigor de políticas sociales, tanto hacia nuestros propios conciudadanos como hacia el exterior, como respuesta adecuada a la definitiva mundialización económica y política. Los estados del bienestar, consolidados a lo largo del siglo XX, entran en el XXI enfrentándose a políticas, ideologías e ideas contrarias a la lógica de su función. Un nuevo escenario debilita, hoy, el papel de la política social.
Política social analiza de modo sistemático los diversos problemas y dificultades que surgen ante la puesta en marcha de la política social y las complejas relaciones que aparecen entre los estados asistenciales y sus respectivas sociedades civiles, teniendo en cuenta las condiciones económicas, las ideologías y las diversas presiones políticas a que se hallan sometidos. Gracias a su rigor conceptual ésta es una introducción lúdica y completa a un campo de conocimiento cuyo estudio y cultivo es hoy fundamental para todos aquellos que se interesan por el devenir de nuestras sociedades.