Quince ensayos breves de Colm Tóibín, escogidos entre los más de cuarenta que ha escrito sobre artistas y sus obras, constituyen este libro inédito sobre arte, y en especial sobre una determinada forma de mirar y dejarse cautivar; una forma de leer y también de narrar.
Toda obra de creación, ya sea plástica o literaria, tiene un punto de partida, a veces simplemente una marca en una tela o una palabra en una página en blanco, un dispositivo que dispara la imaginación. Miró, Calder, Tàpies, Barceló, Bacon, Arbus, Freud, Sargent, Lotto, Tintoretto, Goya… ponen en evidencia que la imaginación, cuando trabaja, siempre está sola, y que ese momento de concentración furiosa y única del acto creativo solo la inteligencia puede decantarlo o moderarlo.
En el prefacio que abre el libro, Tóibín sugiere que seguramente debe a la pintura el hecho de haberse dedicado a escribir.