El conflicto germano-soviético (1941-1945) fue el escenario más sangriento de la Segunda Guerra Mundial. En el frente del este se decidió la suerte de la contienda en Europa y Asia, se enfrentaron dos proyectos totalitarios y se movilizaron millones de combatientes en el mayor conflicto terrestre de la historia. Fue el marco de una despiadada guerra de exterminio con arreglo a un plan de reordenación racial e imperial, y de una guerra total que afectó al frente y a la retaguardia. Además de Alemania y la Unión Soviética, millones de soldados europeos, desde España hasta Finlandia, Hungría, Italia o Eslovaquia, participaron en la guerra y sufrieron sus duraderas secuelas. Este libro reconstruye las diversas modalidades del recuerdo público y privado del frente del este en la Europa de posguerra, durante la Guerra Fría, después de la caída del bloque soviético y hasta el momento actual. Abarca con una mirada comparativa la evolución de las políticas públicas de la memoria en los antiguos países contendientes, el culto a los caídos, los héroes y las víctimas, así como las formas de remembranza social, las recreaciones literarias, visuales, artísticas y fílmicas de la contienda en Alemania, la URSS y Rusia, el espacio postsoviético, Finlandia, Italia y España, detectando paralelismos y diferencias entre las diversas culturas de la memoria. Ochenta años después, la sombra de la guerra germano-soviética sigue muy presente en la memoria y en la política europeas, como muestra el conflicto entre Ucrania y Rusia desencadenado en 2022.